La guía de la correcta higiene sexual
Una de las más importantes lecciones a la hora de comenzar la pubertad es mantener una correcta higiene íntima, que enseñe a los futuros adultos como evitar infecciones en aparatos genitales que ahora están en desarrollo. Esta lección de vida debe mantenerse durante toda la edad de adultos para que el sexo sea un disfrute y no una amenaza y para comprender que antes de amar también hay que seguir unas reglas de higiene básicas.
¿Qué hay que enseñarles a los niños que están en la pubertad?
La limpieza correcta de los genitales se debe aprender desde la pubertad, para evitar conflictos, así como infecciones en la edad adulta. Los penes que no están circuncidados, se deben limpiar con delicadeza en la ducha diaria, deslizando cuidadosamente hacia atrás el prepucio, limpiando el frenillo y toda la zona con cuidado, retirando el jabón, siguiendo con el resto del pene, los testículos y el vello púbico. Aquellos penes que desprenden mal olor es porque no se cuida a la perfección el paso de deslizar el prepucio, acumulando residuos de aspecto blanquecino que causan este mal olor. Tras retirar el jabón con abundante agua, hay que secarse bien, tanto los genitales como las ingles para no contraer irritaciones o incluso hongos en la piel.
¿Y a las niñas que están en la pubertad?
En las niñas es muy importante que también se las instruya desde el momento de la pubertad, para que con la llegada de la menstruación no contraigan infecciones, granitos ni irritaciones de la piel, por falta de un correcto aseo. En las niñas hay que enseñarlas a asearse con agua y jabón su parte anal, siempre de delante hacia atrás y limpiar sus vulvas siempre hacia adelante. Si arrastran la limpieza de la zona del ano hacia la zona vaginal, estará mal, ya que estarán transportando las bacterias que se encuentran en el ano hacia la vagina, pudiendo que haya luego secreciones de extraño color y malolientes, dando paso a inflamaciones e infecciones no deseadas.
Se puede usar jabón neutro (como el de glicerina) o un jabón suave en la zona del vello púbico y después lavar con poquito jabón (o tan sólo agua) la zona de los pliegues de los labios mayores y menores. Nunca se deberá lavar el interior de la vagina, ni utilizar duchas vaginales, porque podrías estar amenazando la flora natural del interior de la vagina, quitando tus propias defensas ante hongos y bacterias.
En la edad adulta basta con un baño al día, excepto en deportistas o trabajos de alta intensidad física que podrán necesitar hasta 2 baños. En las mujeres, no se recomienda lavarse la zona íntima más de 3 veces al día, ya que estarías facilitando la entrada de agentes externos como bacterias y hongos, ayudando a eliminar tu barrera protectora pensando que estás haciendo bien. El olor natural de unos genitales sanos no presenta ninguna característica negativa y es un olor neutral, en las mujeres este aroma varía de neutro (nada) a aromas que recuerdan a los minerales y al hierro, cuando presentan cambios hormonales. Unos genitales que desprenden un aroma desagradable (tanto de hombre como mujer) es porque no están sanos y presentan alguna ETS e infección.
