Síndrome de Excitación sexual permanente ¿hay soluciones?
El síndrome de excitación sexual permanente se da en mujeres, cuando éstas no pueden reprimir sus deseos. Muchas veces es problemático, ya que crea un sentimiento de culpa en ellas, que genera ansiedad por no poder parar sus ansías de tener sexo. A diferencia de las ninfómanas, las que presentan ninfomanía lo viven como una parte obligatoria de sus vidas, siendo una adicción que les reporta felicidad y de la que no piensan salir. Éstas últimas, no sienten sentimientos de culpa y lo viven, incluso con orgullo.
¿Cómo se produce?
Normalmente, las mujeres que lo sufren no se recrean en pensamientos sexuales para sentirse con deseo ni piensan siquiera en imágenes que sean excitantes, pueden sufrir el síndrome en cualquier lugar y a cualquier hora. La excitación sexual, se produce por una contracción involuntaria de los órganos genitales, que provoca tensión y una continua excitación sexual, que puede conllevar a desear la consumación o a la culpa. No es una excitación que conducirá al orgasmo, aunque muchas veces sí puede producirlo, siendo una situación nada cómoda, para las mujeres que lo están padeciendo. Lo peor es que muchas veces ese orgasmo involuntario, como te comentaba anteriormente, puede producirse haciendo ejercicio, caminando o incluso trabajando y no se puede controlar, teniendo que disimular o esconderse para evitar “el problema”.
¿Qué se debe tratar en el síndrome de la excitación sexual permanente?
Una de las primeras trabas que se ha de tratar en este tipo de mujeres, es el miedo que mostrarán ante las relaciones sexuales. Al sufrir este síndrome todo lo relacionado con el sexo les parecerá sucio y oscuro, pudiendo desarrollar vaginismo, que hará más dificultosa su recuperación. Antes de nada, habrá que revisar su anatomía y el interior de su aparato reproductor, reconduciendo al especialista y al ginecólogo si es el caso, para confirmar que no hay problemas de malformaciones o incluso otro tipo de dolencia en la vejiga o paredes vaginales. Tras la revisión médica, se ha de hacer una valoración psicológica y de pareja, que ayude a entender si el problema viene de traumas pasados o conflictos internos. Tras curarse el síndrome de la excitación sexual permanente, se podrá continuar tratando el problema del miedo al sexo, realizando ejercicios de respiración y relajación, así como reafirmaciones personales, haciendo que el paciente vea el sexo como un nuevo concepto.
En algunas personas incluso, se puede llegar a desarrollar anorexia sexual, una dolencia que consiste en la ignorancia del sexo, privándose la propia persona de todo tipo de placeres, negándose incluso a besar a su pareja, evitando el contacto físico por completo, siendo necesaria una nueva terapia para que se comience a valorar el sexo de una manera pura y consciente, alejándose del concepto de que la excitación provoca la no libertad. Ten en cuenta que ellas comenzarán a ver en el orgasmo, una privacidad de la libertad, al impedir de forma involuntaria sus sensaciones, entonces los terapeutas tendremos que ayudarlas, comenzando a recomendar otras prácticas sexuales, como las del Tantra, en las que comenzarán a valorar primero el propio cuerpo y la sensualidad para terminar como punto final, por el sexo consciente.
