Descubre los secretos de la eyaculación femenina
Hace mucho que la eyaculación femenina dejó de ser un mito, aunque para algunos y algunas siga siendo un poco extraño. El orgasmo femenino es conocido por la intensidad de sus reacciones y respuestas a nivel nervioso: movimientos bruscos, arqueo de la espalda, espasmos musculares, etc. Sin embargo, la respuesta femenina al orgasmo es mucho menos visible que la masculina, caracterizada (la mayoría de las veces, aunque no siempre) por la expulsión de semen. A pesar del halo de misterio que sigue rodeándola, la eyaculación femenina es conocida desde la antigüedad, y en un mundo conectado como el actual los secretos casi han desaparecido. Sexxologa te muestra ahora algunos tips para comprender mejor a este acompañante del sexo.
La eyaculación femenina se caracteriza por la expulsión de un líquido de tonos claros y transparente, que recuerda al semen masculino, pero con una consistencia menos pastosa. Este líquido es expulsado por algo que la ciencia médica conoce como glándulas de Skene. Descubiertas a finales del siglo XIX, aún se sigue sometiendo a estudios médicos a estas glándulas, y se tienen varias hipótesis acerca de su funcionamiento. Durante el acto sexual, estas glándulas acumulan fluidos vaginales asociados a la lubricación, que son expulsados finalmente tras una estimulación constante del punto G, sirviendo como respuesta física al clímax.
Diversas variables inciden en la manera en que cada mujer puede experimentar la eyaculación. En algunos casos, la acumulación y presión pueden dar como resultado la expulsión de un chorro muy visible, pero en algunas mujeres apenas es perceptible. La cantidad de fluidos puede ser tan baja que simplemente podría interpretarse como una lubricación abundante, lo que contribuye con la falsa idea de que este fenómeno puede ser experimentado sólo por algunas mujeres.
A pesar de que la respuesta puede ser diferente, todas las mujeres pueden experimentar la eyaculación. ¿Cómo lograrla? Existen varias claves que debes tener en cuenta: una correcta y constante estimulación de tu punto G es un requisito básico. La intensidad del orgasmo también tendrá incidencia sobre la eyaculación, y mientras más fuerte sea el clímax, mayores son las oportunidades de experimentarlo. Muchas mujeres pueden alcanzar el orgasmo al ser estimuladas en zonas erógenas distintas a las tradicionales, o desconocidas, incluso para ellas mismas. Explora tu cuerpo y encuentra esos puntos que más placer te producen.
Para finalizar, si durante el sexo sientes unas intensas ganas de orinar, es muy probable que se trate más bien de la eyaculación femenina. Permítete tomar el riesgo de averiguarlo.