La forma de caminar… ¡puede determinar tus orgasmos!
Existen muchos secretos sobre el sexo que aún están por descubrirse, y a pesar de que todos los días se revelan nuevas maneras de interpretar nuestra relación con el erotismo y el placer, el caudal no parece detenerse. La relación entre el andar y la capacidad orgásmica femenina es uno de esos temas de los que se ha cortado tela desde hace mucho tiempo, pero que ha recibido atención de manera reciente por los estudios sobre la sexualidad humana. Aquí te mostramos algunos datos de interés acerca de este misterio de la anatomía de la mujer.
No es casual que el movimiento femenino de las caderas haya sido considerado como un acto de pura seducción desde la antigüedad. La novedad es que estas afirmaciones han pasado de la literatura y la poesía a la ciencia biológica y los estudios sobre sexualidad y reproducción, y ellos han confirmado que algo había de cierto en esas declaraciones románticas. Estudios recientes han revelado que existen vínculos entre la manera en que una mujer se desplaza al caminar y su capacidad para experimentar orgasmos mediante la estimulación vaginal.
De acuerdo con sus defensores, la longitud de la zancada, la rotación de la columna y la tonificación de los grupos musculares de la zona media y baja de la anatomía femenina son variables que se relacionan con la facilidad o dificultad para lograr orgasmos mediante la penetración durante el acto sexual. Mientras más idóneas sean estas variables, los orgasmos pueden vivirse con una mayor intensidad.
Las pistas parecen aún muy vagas, y de hecho hay muchos que se preguntan si la fluidez al caminar no está más directamente relacionada con la seguridad que presenta una mujer que lleva una vida sexual plena y activa. De esta manera, más que una serie de variantes musculares, el andar y el movimiento de las caderas estaría asociado a la satisfacción producida por una vida con sexo de manera constante y regular.
Ya que el sexo es una actividad física que tonifica el cuerpo, también es muy posible que esta capacidad orgásmica pueda entrenarse. Así, la práctica de frecuentes relaciones sexuales tendrá como consecuencia una mejora a nivel muscular, que favorecerá el ritmo en el movimiento de las caderas, y también se obtendrá el aumento de autoestima que parece jugar un papel fundamental en este misterio de la seducción.
