Los mejores trucos para sorprender a la pareja en la cama
Los ánimos para hacer algo diferente bajo las sábanas representa la mitad del trayecto en ese camino hacia la innovación de la intimidad. La segunda parte es la más difícil. ¿Qué pasa si tienes el entusiasmo necesario, pero no las ideas? Existen muchos trucos para darle un giro a las cosas en la habitación, ya sea para evitar que el sexo se convierta en rutina, o para dotar a cada encuentro de un aura diferente y excitante. Aquí te mostramos algunos de los más ingeniosos y efectivos que puedes emplear.
– Juega con la temperatura: existen muchas formas de utilizar el frío y el calor como herramientas eróticas. Uno de los juegos más utilizados es el del cubo de hielo, que puede ser usado con múltiples propósitos: recorrer zonas erógenas, especialmente la espalda, el pecho y la parte interna de las piernas. Otra gran manera de aprovecharlo es con el sexo oral: aplicado directamente sobre los órganos sexuales masculinos o femeninos, o introduciendo un caramelo de menta en la boca para dar un toque especial a la estimulación oral, pueden conseguirse sensaciones inimaginables. El efecto contrario es igualmente placentero, pues el calor induce a la relajación y genera mucha excitación.
– Cita gastronómica: la comida y el sexo son quizás las dos actividades favoritas de la mayoría, ambas capaces de hacernos sentir mucho placer. Degustar tu plato favorito y del sexo de tu compañero o compañera son dos cosas que normalmente se hacen de forma separada, pero si llevas la comida a la cama, las cosas se tornan interesantes. Frutas, cremas, ciertas bebidas, miel, chocolate y muchos otros comestibles se emplean de forma frecuente, aplicados sobre el cuerpo de la pareja. Lo ideal es poder lamer esos alimentos, de modo que se emplee la lengua para explorar las regiones sensibles del cuerpo.
– Diviértete con los disfraces: los juegos de rol, las fantasías y otras formas de explotar nuestra imaginación y el erotismo siempre deben estar presentes como alternativas para la habitación. Interésate por las fantasías de tu pareja, o atrévete a compartir las tuyas. Partiendo de ese punto, podrás explorar un universo de posibilidades para los que no necesitas necesariamente de una indumentaria atrevida: puedes improvisar con prendas viejas, o puedes valerte del poder de tu mente para crear escenarios imaginarios donde tú y tu pareja adoptan personalidades diferentes, deseosos de hacer estallar al otro de placer.
