Coito anal: las mujeres a los hombres
Hasta ahora hemos hablado del coito anal realizado por hombres a mujeres, ¿pero qué pasa cuando las mujeres sienten la necesidad de probar una nueva fantasía? Hay mujeres y hombres que sienten esa misma fantasía como algo muy poderoso y sensual, ayudando a que el hombre tenga también un disfrute máximo con la estimulación del punto G. Hay mujeres que sienten que esto es un tabú y hombres que piensan que esto es una actitud y práctica para homosexuales. El ano no necesariamente, tiene que ser una zona dedicada a la homosexualidad, sino que la propia sexualidad se extiende en cada centímetro de piel, pudiendo disfrutar de las terminaciones nerviosas de la zona tanto heterosexuales como aquellos que no lo son. La penetración también es un juego de exploración que no tiene que ver con la condición sexual. Es como si se comparara al sexo oral con la incapacidad para mantener relaciones sexuales con penetración. Hay personas que mantienen potentes erecciones e igualmente practican sexo oral.
Para practicar sexo anal con penetración a un hombre, hay que comprar un arnés. Los arneses se colocan en la pelvis de la mujer, contienen un vibrador, que permite la penetración, funcionan como un estimulador normal con diferentes niveles de vibración, aunque habrá que lubricarlos con productos especiales para sexo anal. La mujer con el arnés puesto, puede penetrar de esta manera al hombre, teniendo que controlar igualmente la penetración para que no sea profunda. Según testimonios de parejas que han llegado a jugar con la parte trasera de su hombre, éstos han llegado a alcanzar orgasmos calificados de “divinos” y extra excitantes que nada tienen que ver con los tradicionales. Te voy a hablar de algunos testimonios confidenciales, de los cuales no revelaré la identidad, habiéndose dado ellos permiso para contar sus historias.
“M.” de 45 años tenía un parón amoroso y sexual con su marido. Ellos solían activar su vida sexual con películas X. Compraron la guía del sexo anal y las de juegos sexuales y además de integrar sexo oral a sus relaciones, decidieron probar el sexo anal con ella. Casualmente y tras 6 intentos, después de darlo todo por perdido, ella alcanzó 3 orgasmos a la vez mediente la penetración y la estimulación de la vulva. Intrigado, por el sexo anal, él le sugirió intentarlo en él, pero dio marcha atrás por los prejuicios. Uno de los prejuicios principales era el pensar que esa zona estaba reservada a la defecación. Y sí, es una zona que cumple con ello, pero también con grandes expectativas sexuales. De hecho el punto G se sitúa muy cerca de la próstata, accediendo desde el ano. Una vez que te olvides del prejuicio, algo que le pasó a la pareja de “M.” lograrás disfrutar al máximo de tu sexualidad, no privándote de esta vibrante experiencia. Todos aquellos que sienten este orgasmo, se dice que “visitan el cielo” de placer. Hay hombres que temen perder su masculinidad, pero nada más lejos de la realidad. Un hombre puede ser muy hombre y verse estimulado con la mayor de la inteligencia e ingenio. ¿Trucos para poder hacerlo? Hacer que él se sienta cómodo, al igual que la mujer y utilizar lubricante para hacer que el esfínter no se cierre. La ventaja que tendrán frente a ellas es que ellos tendrán el doble de terminaciones nerviosas, imagina: si ellas pueden ser multiorgásmicas con el sexo anal, ¡tú podrás alcanzar el máximo placer que nunca habías obtenido!