El sexo en números
El sexo es sin duda alguna uno de los temas de estudio y discusión más populares que se conocen, y probablemente seguirá atrayendo atención en el futuro. Miles de estudios se realizan cada día desde hace más de un siglo para comprender el comportamiento sexual de hombres y mujeres, lo que ha arrojado enormes cantidades de datos y estadísticas. Ahora, hay que recordar que los números solo proyectan tendencias, no reglas que se cumplen siempre para cada caso, por lo que su tratamiento requiere de cuidado y de una atención particular a los detalles. A continuación, te presentamos algunas de las más interesantes cifras que giran en torno al sexo:
Las mujeres durante su etapa de plenitud sexual llegan a tener en promedio hasta cuatro compañeros a lo largo de su vida. Esta cifra es estable entre los 20 y 60 años, y por supuesto es propensa a aumentar o disminuir dependiendo de la edad en la que se inicia sexualmente. Por su parte, los hombres casi llegan a doblar el promedio femenino, compartiendo hasta con 7 compañeras a lo largo de su madurez sexual.
Hombres y mujeres suelen iniciarse en el mundo del sexo en edades bastante cercanas, aunque los chicos tienden a empezar a edades ligeramente menores. Se estima que un chico tiene su primera experiencia sexual con otra persona a los 16 años, mientras que el promedio de las chicas es un año más tardío, a los 17. Evidentemente, las diferencias son mínimas, pero es una cifra que apoya la hipótesis de la madurez de las mujeres en términos sexuales en comparación con sus contrapartes masculinas.
El orgasmo es el evento erótico más buscado, y que la experiencia sexual ideal siempre debe culminar con un gran orgasmo. Se sabe que las mujeres encuentran dificultades para alcanzar el clímax con una pareja que no sepa estimularlas, y las cifras respaldan esta idea. Mientras que el 75% de los hombres suele alcanzar el orgasmo durante el sexo, apenas el 29% de las mujeres puede decir lo mismo. El bajo promedio femenino se debe a que la mayoría de ellas no encuentra suficiente estimulación con la penetración, y requieren que sus parejas hagan un esfuerzo mayor para dedicar más tiempo al clítoris y otras zonas erógenas, aunque estas últimas varían mucho de acuerdo con cada caso.
Para cerrar, una cifra sorpresiva. ¿Sabías que el 12% de los adultos casados duerme solo? Puede resultar extraño, pero existen muchas relaciones en las que el sueño es una actividad individualizada debido a razones específicas. Algunos prefieren dormir separados de sus parejas debido a problemas de sueño, mientras que otros llegan a tal acuerdo por cuestiones de espacio personal o, incluso, por costumbres personales.
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