El sexo y el agua
Muchos y muchas tienen fantasías eróticas que de alguna manera se asocian con el agua. Tener relaciones con la pareja en la ducha, en una piscina o un jacuzzi, es un pensamiento recurrente y posee numerosos atractivos, pues se trata de la situación íntima por excelencia, una actividad normalmente individual, enfocada en la higiene, que se convierte en un evento compartido y erótico que requiere de un alto nivel de confianza. No hay dudas de que la excitación debe elevarse a niveles insospechados para aquellos que lo experimentan por primera vez. Si te animas a dar el paso, en Sexxologa te dejamos algunas recomendaciones para llevarlo a cabo de forma segura y exitosa.
– Solo con parejas estables: el agua y los condones no se llevan bien. Existen otros preservativos, pero asumiendo que el condón es la forma más frecuente de cuidarse durante el sexo, es necesario señalar que es mala idea usarlos en contextos acuáticos. Si quieres llevar a cabo esta fantasía sin contratiempos, lo ideal es realizarla con una pareja estable, con la que cuentes con la confianza necesaria y con los métodos alternativos disponibles para gozar de la experiencia.
– La mejor opción: el sexo en la ducha es una forma muy divertida y segura de experimentar con el sexo en el agua. Numerosas personas fantasean con la idea de estar en pleno ritual bajo la regadera y que su pareja aparezca de forma imprevista, desnuda, lista para unirse a él o ella bajo el agua. También son numerosas las opciones: pueden comenzar ayudándose con el jabón, recorriendo el cuerpo del otro para lavarlo y jugar con sus zonas más sensibles. Al final, lo más probable es que hagan de todo menos “ducharse”.
– El riesgo y la adrenalina: tener relaciones en una piscina pública o en la playa es algo que todos deben intentar al menos una vez. Las situaciones eróticas en contextos expuestos siempre gozan de ese algo diferente que las hace muy arriesgadas y, por lo tanto, muy gratificantes, pues se disfruta más del sexo y se eleva la excitación al pensar en que pueden ser descubiertos. Por supuesto, se requiere de medidas especiales. La posibilidad de ser descubiertos debe quedarse en eso, posibilidad, ya que nadie querrá pasar por el bochorno de ser encontrado de esa manera.
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