El síndrome de la Luna de Miel. Dolencias sexuales y soluciones
Hoy voy a hablar del síndrome de la Luna de Miel, una dolencia muy común que muchas veces pasa desapercibida. No es un problema grave de salud aunque sí podrá aportarte malestares cuando tengas las relaciones sexuales con tu pareja. Se denomina síndrome de Luna de Miel, porque es en esa etapa cuando las parejas más explotan su faceta sexual, creando que la uretra por el contacto intenso y continuado se inflame.
Los síntomas del síndrome de la Luna de Miel son variados, se creará picor en la zona de la uretra, así como escozor a orinar. Normalmente los síntomas desaparecerán al pasar dos días sin tener relaciones sexuales pero volverán a aparecer cuando éstas se reinicien. A diferencia de la cistitis (que es una inflamación de la vejiga) este síndrome destaca por ser una inflamación de la uretra. Hay algunos factores que influyen a la hora de contraer esta dolencia, por ejemplo las penetraciones demasiado inclinadas con con penes de forma curva, los más dificultosos para su correcto acople, así como la utilización de sprays y toallitas vaginales. No se deberán abusar de lavados vaginales así como de prendas de ropa muy ajustadas, ya que te producirán esta dolencia. La realización de posturas sexuales también influye, si queréis practicar con muchas posturas en una misma jornada, bien porque como bien dice el nombre (es la Luna de Miel) o habéis estado mucho tiempo sin veros, opta por la penetración vaginal en la que se fomente que ella esté con la cadera semi elevada, poniendo debajo de la misma un cojín mullido. Después de mantener relaciones sexuales, intenta vaciar la vejiga, de este modo podrás disfrutar de una mayor seguridad, al hacer que con la orina se expulsen todo tipo de microorganismos de la uretra que podrían dañarte.
El tratamiento para el síndrome de la Luna de Miel, se basa principalmente en antibióticos. Tras un leve tratamiento los síntomas desaparecerán. Algunas veces también se podrá sentir fiebre, algo que pasará tras los primeros días con medicación, siendo un mal trago pasajero. Algunas veces también podrás recurrir a la homeopatía, tomando un buen ejemplo para cuidarte sin sufrir efectos secundarios. Eso sí cuando la dolencia no pasa a las infecciones severas, ya entonces tendrás que combinar ambas medicinas, para evitar que la bacteria se extienda y forme una dolencia más grave. Los remedios que se recomendarán serán básicamente: el Cantharis (cuando se presenten restos de sangre en la orina) o las gotas de Mercurius Corrosivus cuando se presente mucho dolor e intenso al orinar, acompañado de quemazón y malestar general. Se toman de 10 a 15 gotas una hora antes de cada comida, dependiendo del cuadro general del paciente. Capsicum, mientras tanto, tan sólo servirá cuando se tengan muchas ganas de orinar pero no se pueda, generando ansiedad y quemazón en la zona vulvar y la uretra. Hay baños homeopáticos que también ayudan a crear mucho más alivio en este tipo de enfermedades, como los baños de Caléndula. No utilices pomadas, tan sólo baños al menos una o dos veces al día, al levantarte y al acostarte. Una excelente manera de aliviar la zona más íntima, sofocando esos problemas que provocan las bacterias o el roce intenso en el Síndrome de la Luna de Miel.
A ser sexo