¿Es buena idea mezclar alcohol y sexo?
Existe un lazo que, de una manera u otra, ha conectado históricamente al sexo con las bebidas alcohólicas. Si pensamos solamente en la historia reciente, es decir, el transcurrir del joven siglo XXI y la totalidad del anterior, es casi imposible pensar en fiestas, alcohol y sexo de forma separada. Por supuesto que existen en forma individual, pero la imagen que ha dominado a la cultura popular, por ejemplo, con el estilo de vida del rock and roll que ha servido como símbolo para las generaciones que crecieron a su sombra, han creado una conexión, en teoría divertida, entre ambos elementos. Sin embargo, ¿hay algún beneficio que se obtiene del alcohol antes o durante el sexo? ¿Es buena idea mezclarlos?
La mayoría de las personas que ha mezclado alguna vez el sexo con el alcohol afirma que existe un beneficio: beber les permite desinhibirse ante una situación sexual, lo que facilita entregarse al deseo hacia otra persona, haciendo del sexo algo más placentero. En efecto, el alcohol suele tener ese efecto, y por ello es un recurso ampliamente utilizado en otras situaciones para desprenderse de los nervios y facilitar la interacción con otras personas, así como el intercambio de ideas.
Sin embargo, esto funciona con dosis bajas o controladas de alcohol. Beber en exceso y caer, por ejemplo, en un estado de embriaguez, trae consigo más obstáculos que beneficios. Al tener demasiado alcohol en el organismo, el sistema nervioso deja de funcionar eficientemente, la coordinación muscular se entorpece, el cerebro deja de recibir señales del cuerpo a la misma velocidad, y los órganos sexuales no reciben sangre adecuadamente. ¿Cuál es el resultado de todos estos factores juntos? La respuesta es una sola: un decepcionante rendimiento sexual.
Los efectos del alcohol son especialmente preocupantes para las chicas. Al tener, en términos generales, menores índices de masa muscular, el alcohol incide de forma más directa sobre el torrente sanguíneo y hacia el cerebro. Al verse afectada la respuesta neuronal, las caricias y el juego previo tendrán un efecto nulo, pues las respuestas no llegarán a tiempo al cerbero, lo que hace que la excitación sea una tarea descomunal, y el clímax una meta difícilmente alcanzable. Ya que la irrigación de sangre hacia los genitales también merma con el alcohol, el sexo podría resultar en una terrible experiencia bajo esas condiciones.
Recuerda que el sexo no es un mero acto físico. El enlace romántico entre dos personas, las emociones y el disfrute del clímax requieren de un nivel de conexión con tu propio cuerpo que se da si el organismo se encuentra en las condiciones propicias para ello. No descartes al alcohol como un medio para conectarte más fácilmente con tu sexualidad, pero recuerda que la moderación es la clave para que funcione adecuadamente.