¿Es necesaria una voz de mando en la cama?
La norma general es pensar que en la cama, así como en cualquier otra situación de la vida en pareja, las decisiones importantes y las grandes responsabilidades deben ser compartidas y de común acuerdo. Esto es parte del mantenimiento del equilibrio tan necesario para la supervivencia de cualquier relación, para alejar prácticas negativas que amenacen con desbalancear el poder y para que nadie cargue con más peso del necesario. Sin embargo, cuando se está en situaciones apremiantes, a veces es necesario que alguien de un paso adelante, por el bien de la relación, y esto también aplica a las complicaciones que amenacen la estabilidad sexual de la pareja. En Sexxologa te contamos más.
El ambiente bajo las sábanas es de gran importancia para los miembros de la relación. La estabilidad sexual de la pareja funciona como un termómetro, y mantener la temperatura en los niveles adecuados es trabajo de ambos. Sin embargo, es inevitable que ciertas situaciones empujen a alguno de los miembros a intervenir. El trabajo, una vida llena de responsabilidades, presiones familiares, agendas saturadas, son algunas de las causas más comunes por las que se descuida el aspecto íntimo de la relación. Para resolver esos momentos delicados, es necesario que alguien tome las riendas del asunto.
Supongamos que notas que tu pareja está dejando de lado de manera progresiva la intimidad para atender otros asuntos. Lo normal es esperar una reacción conjunta a esa situación, pero por situaciones diversas a veces solo un miembro de la pareja nota la necesidad de una acción urgente para evitar daños mayores. Bajo esas circunstancias se debe intervenir de forma inmediata, pues la pérdida de la intimidad emocional y sexual puede tener grandes consecuencias en un tiempo relativamente corto.
El mismo principio aplica para situaciones más cotidianas y menos urgentes. Darle un giro al sexo rutinario, traer a la alcoba juguetes eróticos o innovar algún aspecto de la intimidad también puede partir de una acción individual, siempre que tenga como propósito el bien y el disfrute para ambos. El sexo no tiene por qué estancarse si ambos están dispuesto a poner sobre la mesa nuevos trucos cada día.
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