Guía paso a paso del bondage
Obras de la literatura actual tales como “50 sombras de Grey” han hecho que muchas personas se vean interesadas o curiosas acerca de la práctica del bondage. Seguro que has visto la última escena en la que la protagonista tiene un orgasmo atada y con los ojos vendados. ¡Esta es la inspiración que ha abierto el debate acerca de la práctica del bondage! Sin embargo, hay que seguir ciertos trucos y reglas para no lastimar a la pareja, sobre todo cuando se trata de dolor, al apretar demasiado o irse por los cerros de Úbeda provocará que la experiencia no sea demasiado gratificante.
En el bondage se pueden utilizar diferentes complementos para excitar a la pareja, entre ellos las cuerdas, las esposas, los lazos, las corbatas o las cintas. Se puede atar cualquier parte del cuerpo, aunque es cierto que es más común vendar los ojos, atar las manos y apretar zonas erógenas como los pechos e incluso el torso, provocando posturas de sumisión total. En cuanto a niveles de placer, es una práctica repleta de matices, en la que un miembro de la pareja podrá gozar de ser el o la sumisa aportándole todo el placer a su pareja, que será el miembro activo y el que decidirá a su vez cómo provocarle ese momento de satisfacción infinito a la otra persona.
- Es importante que antes de realizar una práctica de este cariz hables con tu pareja para saber si quiere probarlo.
- Los complementos deberéis comprarlos previamente en un sex shop, sin sentir vergüenza, los imprescindibles con un par de muñequeras suaves forradas de pelo, unas vendas de terciopelo para los ojos o unos antifaces especiales para bondage y unas vendas para brazos y manos de tacto suave.
- A la hora de atar a tu pareja no lo hagas muy fuerte, pero tampoco tan débil que se le vaya a desatar terminando con el momento de pasión, siempre será mejor hacer varias pruebas antes de realizar el vendaje definitivo.
- Tu pareja no deberá estar atada mucho tiempo seguido ni en la misma postura, ya que puede provocar dolores musculares y mala circulación sanguínea.
- Hay zonas prohibidas para vendar como el cuello, tapar los orificios nasales o realizar ataduras en zonas sensibles como la vulva y el pene y los pezones, que pueden ser altamente sensibles.
- No hay que confundir el bondage con el sadomasoquismo, ya que en éste último se utiliza la sumisión y el dolor de una forma mucho más agudizada y profunda. Deberás tener en cuenta la personalidad de tu pareja, si le gustan los retos querrá probarlo, pero si te encuentras ante una persona que ama el sexo con mucha ternura y romanticismo, quizás tenga más reticentias a la hora de probarlo.
- Si atas las muñecas y vendas los ojos, las sensaciones que ella o él recibirá con el sexo oral se verán agudizadas, logrando la mayor excitación, soltando a tu pareja tan sólo cuando haya logrado el punto máximo de la misma. También puedes jugar, con ella, a atarle los tobillos y estimularla, tan sólo soltarás la venda cuando esté realmente excitada, mucho más que el 100%, cuando lleguéis a la penetración vuestro placer será infinito y mucho más salvaje además de intenso.
- Elegid posturas sexuales que no impliquen peligro para la otra persona, sobre todo si sois principiantes, experimentar está muy bien pero siempre con cabeza. Decantáos primero por vuestras clásicas y las del Kamasutra, olvidando aquellas prácticas en las que la pareja quede suspendida en el aire, tan propio de algunas posturas de bondage. Decántate como te he escrito antes por las que él o ella esté sentado o tumbado/a en la cama variando la abertura de las piernas y la inclinación de las mismas.
