Las historias eróticas II
Las historias eróticas reales.
Hay mundos dentro de un mundo, millones de personas diferentes que sienten e imaginan de manera totalmente diferente sin que sea nada contradictorio. las historias eróticas muestran deseos y sueños que a veces no son fáciles de conseguir… todo depende.
La sensualidad es como una flor. Ninguna es igual, ni presenta los mismos pétalos ni los mismos colores. Hoy te voy a hablar de únicas historias sexuales, para que puedas aprender acerca de todo lo que hay ahí fuera. Mejor o peor, no es algo para juzgar, simplemente se queda en la intimidad de cada persona. ¿Me das tu opinión? ¿Qué te parecen estas historias eróticas? ¡Léelas y dime!
Historias eróticas en un portal web.
Juan Ramón, era un hombre que se pasaba los días tras la pantalla de un ordenador. No tenía vida social y para saciar su sed sexual, se apuntaba a chat eróticos, en donde podía hablar con centenares de personas sin resultar un compromiso. Siempre tenía el mismo nick: “Miembro36”, haciendo que ellas y ellos pensaran que tenía un gran pene. Cuando las personas aparecían en el chat, a él le daba igual si eran chicos o chicas, hablándoles de igual manera de felaciones, de cómo se aseaba para tener sexo anal y de sus atributos etc… Lo que más le excitaba era que “ÁngeldeCharlie46” le describiera sus senos, había recordado por mucho tiempo como había sentido un gran placer con que le describiera como mantenía relaciones consigo misma. Algo que cambió, cuando ella decidió dar el primer paso y pedirle que tuvieran un encuentro.
¿Cómo terminarían Juan Ramón y “ÁngeldeCharlie46”? En estas historias eróticas te lo cuento.
Ella había aparecido en el bar del spa donde habían quedado. Tenía unas grandes piernas, largas y esbeltas, llevaba unas medias color carne y un ajustado vestido negro, era delgada y tenía el cabello rizado de tonos cobrizos. El escote del vestido dejaba ver sus senos, por los que tantas veces había sentido placer. Él, por el contrario, llevaba unos jeans y dejaba entrever una barriga por debajo de su camisa ajustada, algo que le acomplejaba, la miró, se escondió en el baño y no pudo aguantar su eyaculación. Se fue sin decir nada ni presentarse y no volvió a hablar con ella.
Historias eróticas: Julia y la fiesta del helado
La historia de Julia, es un poco diferente. Ella se había encontrado con unas amigas en una fiesta de pijama y todas ellas se fueron a la madrugada, bien entrada, a esos de las 4. María, sin embargo, se había quedado con Julia, porque estaba medio dormida, había bebido y no estaba acostumbrada a hacer eso. Julia comenzó a verla, medio dormida en el sofá, con el cabello revuelto y el camisón semi-transparente. Se dio cuenta de que estaba dormida y sin pensarlo, la besó, ni siquiera sin saber por qué lo había hecho.
Cuando María abrió los ojos, encontró que ella se estaba apartando, pero había sido el beso francés más perfecto que le habían dado en su vida. Así que, se armó de valor y le ató las muñecas, no iba a desperdiciar la noche en la que consiguió sentir de nuevo la pasión por un beso. Quitó su timidez del armario, pensando que sería sólo una historia de una noche y la desvistió. Julia se oponía, pero ella tomó el helado y lo extendió sobre su vientre, el resto, fue historia, ya que no hubo nata y helado que escapara a los labios de María.