¿Qué quieren las mujeres en la cama?
Complacer a sus compañeras en la cama es un tema que está en la mente de la mayoría de las personas, y que ocupa buena parte de sus pensamientos. Cuando se dice que hombres o mujeres piensan todo el día en sexo, esto suele interpretarse como una señal de perversión, de desajuste emocional, o cualquier otro síntoma de algo negativo. Pero esta generalización empaña la imagen de muchos que sienten un interés honesto y muy sano por encontrar nuevas y excitantes maneras de complacer a sus parejas en la cama. En Sexxologa te contamos algunos secretos que no puedes dejar pasar si quieres complacer a una chica bajo las sábanas.
A las chicas les gusta el preámbulo. Quieren que sus parejas se olviden de todo lo demás: ni oficina, ni trabajo, ni preocupaciones del hogar, solo ella como centro de atención. De ese modo, su pareja puede dedicarse a acariciarla, a besarla, a recorrer su cuerpo y tomarse todo el tiempo necesario. A las chicas no les gusta la prisa, quieren sentir que existe un lazo que la une con su pareja, un vínculo que gana fuerza a medida que se dejan llevar por el deseo.
Antes, durante y después del sexo, las mujeres quieren ser escuchadas por sus parejas. Las chicas saben que la intimidad es un momento ideal para que sus parejas se abran hacia ellas en términos emocionales, por lo que buscan estas ocasiones para crear un escenario de equidad, donde ambos puedan expresarse como iguales. Las mujeres quieren recibir atención además de placer, y sobre todo quieren que sus parejas estén dispuestas a concentrarse en las cosas que tiene que decir.
La cama es el lugar idóneo para demostrarle a una mujer que quieres combatir la rutina que amenaza con invadir sus vidas. Si quieres darle una agradable sorpresa a una mujer, la alcoba es un lugar perfecto para eso. Cubre la cama con pétalos de rosas, inunda el aire con fragancias, o anímala a probar un nuevo truco sexual, una postura desconocida para ambos. Estimula su imaginación, y hazle saber que quieres hacerle nuevas sorpresas cada día.
La mayoría de las personas no conoce muy bien sus cuerpos. No están al tanto de todas sus zonas erógenas, ni conocen el potencial erótico que esconden. Conviértete en la primera persona en descubrir esos tesoros ocultos en su cuerpo. Recorre cada recodo de su espalda, de sus piernas, de sus brazos, cada centímetro de su piel. Si lo haces bien, ella te recompensará.