¿Qué tal está tu inteligencia sexual?
El sexo es cosa de todos, un aspecto de la vida que está presente desde el nacimiento y que nos acompaña a lo largo de nuestro tránsito por el mundo y sus diversos desafíos. Sin embargo, no todos nacen con tales especiales para el sexo, ni como amantes dotados. La experiencia y la práctica siempre ayudan, y eventualmente estos factores se combinan para desarrollar algo denominado coeficiente o inteligencia sexual. En Sexxologa te abrimos una ventana hacia este interesante tema.
El diccionario de la Real Academia Española define la inteligencia como una capacidad para comprender o entender, una definición que sirve para explicar la adquisición de conocimientos provenientes de diversas áreas. En el sexo también se aprende, a través de la teoría y la práctica, por lo que no es descabellado pensar en un coeficiente que sirva como indicio de la cantidad y calidad de conocimiento que maneja una persona en términos sexuales. Por lo tanto, la inteligencia sexual se entiende como la capacidad de cada ser humano de utilizar su conocimiento sobre el sexo, así como sus propias particularidades sexuales, para llevar una vida satisfactoria y complacer a aquellos que se involucren de manera carnal en sus vidas.
La inteligencia sexual es una herramienta usada para labrar el camino hacia una sexualidad plena y activa. No es un talento natural, sino el resultado de un proceso de aprendizaje acerca de la manera en que se quiere vivir la sexualidad, que se obtiene mediante la reflexión acerca de los aspectos relacionados con nuestros deseos, fantasías y placeres. Puede desarrollarse en parejas, algo que también está relacionado con otro término: la compatibilidad sexual, que resulta del aprendizaje acerca de las mejores maneras de complacer al compañero en la cama y cómo recibir placer de él. Sin embargo, la inteligencia sexual se entiende mejor de forma individual, y de hecho, puede decirse que es un paso previo para desarrollar posteriormente una compatibilidad sexual con una pareja.
El primer paso para desarrollar un buen coeficiente en términos de inteligencia sexual es aprender a conocerse a sí mismo. La exploración del cuerpo, el aprender a tocarse y saber qué es lo que se espera recibir bajo las sábanas son parte de este proceso, algo indispensable para disfrutar de tu propia sexualidad y para tener una vida de pareja estable y sana. La mejor manera de recibir placer de otra persona es enseñarle cómo te gusta, y por ello el conocimiento personal acerca de tu sexualidad es vital para poder gozar de una vida estable y sin presiones.
