Recomendaciones para el sexo fuera de casa
Existen muchas locaciones y lugares exóticos o poco frecuentes donde el sexo se convierte en algo muy atractivo y tentador. El encanto de intimar en contextos públicos o de acceso a terceros está precisamente en el “riesgo” de ser descubiertos en plena faena, algo que, indudablemente, hace del sexo una aventura emocionante y altamente gratificante. Sin embargo, hay varios datos que debemos tomar en cuenta para que la experiencia sea exitosa, y para no caer en errores que estropeen el sexo y, quizás, algo más.
El sexo en lugares de trabajo es una de las fantasías más populares, especialmente en aquellos que tienen a las labores de oficina como parte de su cotidianidad. El estar expuestos a ser descubiertos por colegas o, peor aún, por un jefe, con las consecuencias que esto pueda traer, hace de esta experiencia una idea bastante atrayente. Pero no todos los lugares de trabajo cuentan con las condiciones idóneas para tal satisfacción: si te encuentras en el ámbito de la bibliotecología, los archivos y otros lugares donde hongos y demás agentes hacen de las suyas en tu piel y órganos, no querrás exponer tu cuerpo desnudo (ni el de tu pareja) a una alergia, infección o algo peor.
El mundo empresarial es muy diverso, y los ambientes de trabajo cambian drásticamente de acuerdo al ramo en el que ejerces funciones. Hay oficinas donde apenas un puñado de empleados comparte un espacio bastante grande, lo que se convierte en un gran punto a favor de experimentar con el sexo. Pero hay otros contextos mucho más poblados, donde no sólo eres más vulnerable a las miradas de más empleados, sino también al lente de las cámaras de seguridad. Por favor, ten en cuenta esto, un mínimo de esfuerzo por conocer la seguridad de la oficina de ayudará a evitar problemas.
El sexo al aire libre es otra gran manera de experimentar el sexo de una manera poco convencional. Hay un aura especial en el escenario que imagina la mayoría: solo tú, tu pareja y la naturaleza, con la hierba bajo sus cuerpos y el cielo abierto para completar el paisaje. Pero como en cualquier otra salida, debes contar con un par de implementos básicos para que el centro de la escena sean tú y tu compañero o compañera, y no la propia naturaleza. Lleva una sábana que sirva como alfombra si lo de la hierba no va contigo, o una carpa para una jornada nocturna, y sobre todo repelente: la idea es que tu pareja te devore a ti, no que lo hagan los insectos.
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