Sex shops: un lugar para la creatividad sexual
Durante la última década, los sex shops, o tiendas de sexo, se han ganado un lugar en la mayoría de las capitales del mundo. E incluso en ciudades pequeñas, existe un algún rincón con una tienda dedicada a la venta de productos para la actividad sexual y prácticas afines. A pesar del tabú que caracteriza al ambiente que les rodea, los sex shops se han convertido en puntos de encuentro tremendamente populares en el siglo XXI. Mientras que inicialmente fueron asociados a la pornografía, la perversión sexual y otras representaciones del sexo de acuerdo a los estigmas sociales que pesaban sobre ellos, hoy día es perfectamente normal que cualquiera asista a estos establecimientos en busca de regalos, artículos para la intimidad en pareja o hasta ideas y herramientas para practicar sexo y disfrutar de él sanamente.
La primera causa que lleva a alguien a visitar una de estas tiendas es la simple curiosidad. Más allá de las interrogantes personales o el interés en los productos, la misma tienda juega un papel importante para atraer a las personas. La estética, la iluminación, la decoración y el uso de mensajes sugerentes son suficientes para llamar la atención de cualquiera que pase por las cercanías, ejerciendo su atracción incluso en aquellos desprevenidos que no pensaban en sexo en ese momento.
También es muy común ser referidos por algún amigo o conocido que haya visitado el local con anterioridad, recomendando precios o productos particulares. Se está haciendo muy frecuente que sexólogos y médicos especialistas en áreas relacionadas a la salud sexual recomienden la visita a estos lugares como parte de los consejos para mejorar situaciones de pareja, incluso si se trata se asuntos de índole no sexual. Esto es una manera de combatir el estigma contra el sexo, estimulando las prácticas sanas de una vida sexual activa y responsable en las parejas.
Acudir a un sex shop no es motivo de vergüenza. No sólo puedes encontrar en ellos artículos variados y productos para la práctica sexual, pues son también lugares para compartir información, para educar y mantenernos al tanto de lo último en referencia a la vida sana en pareja, así como para estimular la imaginación e incorporar nuevos trucos a nuestro arsenal erótico para seducir y mantenernos prendados de la persona con quien compartimos intimidad.
Hace unos años, el entrar en una farmacia a comprar preservativos era poco menos que una odisea, mientras que en la actualidad en los mostradores de las farmacias conviven aspirinas, jarabes expectorantes, cremas, preservativos, lubricantes sexuales, bolas chinas y algún que otro masajeador-vibrador.
Cualquiera de nosotr@s compra los preservativos o un determinado lubricante con la mayor naturalidad del mundo, pues bien esto mismo ha de ocurrir con los sex shops, hemos de llegar a un punto en el que entremos a mirar y comprar como quien visita un gran almacén.
Si tenemos al alcance de nuestra mano una inmensa variedad de artículos para el disfrute del sexo, ¿porque no utilizarlos?, pongámonos al día y no perdamos el tiempo.