Sexo contra el insomnio
El insomnio y otras formas de privación y alteración del sueño son afecciones muy comunes hoy día. Diversas son las causas que le dan origen, e igualmente variadas son las estrategias empleadas para combatirlos en pro de un sueño regular. ¿Ya no te funcionan los fármacos, los horarios y demás esfuerzos para conciliar una noche en los brazos de Morfeo? ¿Has probado ya con el sexo? Muchos y muchas se valen de un poco de acción con su pareja para, a continuación, dar pie a una noche de descanso ininterrumpido. En Sexxologa te contamos más.
Resulta paradójico que el cansancio y el estrés acumulado sean el principal enemigo del sexo luego de un largo día de trabajo, y que mientras peor estés a causa de estos males, más beneficioso resulte el sexo para ti. Mientras mayor es la carga que tienes a cuestas, mejor te sientes luego de deshacerte de ella con una buena tanda de sexo en pareja. Ni siquiera tienes que esforzarte demasiado ni buscar energías que no tienes, solo deja que tu compañero tome las riendas del asunto.
Una vida sexual activa es una buena manera de combatir el insomnio. Una de las estrategias más comunes empleadas por aquellos que padecen de problemas de sueño es la creación de un horario más o menos fijo para dormir, con horas establecidas para acostarse y levantarse. Esta regularidad contribuye, a mediano y largo plazo, con la creación de una rutina saludable de sueño. Sin embargo, algunas personas no pueden regirse por tales horarios ni hacerles espacio debido a agendas muy apretadas. Para solucionar ese problema de organización, se puede recurrir al sexo frecuente. Las relaciones regulares te permiten combatir de manera efectiva el estrés, ayudándote a sentirte más animada para las actividades diarias, y mejor dispuesta para el descanso en la noche.
Inmediatamente después del sexo, el cerebro humano libera un grupo de químicos que invaden nuestro cuerpo, produciendo primero un estado de felicidad y liberación de tensiones, y luego envía señales nerviosas que son interpretadas como una disposición al descanso. Esta es una respuesta natural del organismo, pues nuestro cuerpo invierte una cantidad considerable de energía durante el acto sexual, y un sueño reparador es la mejor manera de reponer esas reservas que necesitaremos para empezar el siguiente día.
