Si vives en un momento de incertidumbre por no querer confesar tu situación, debes saber que no te encuentras solo/a, ya que miles de personas se encuentran en la misma situación día a día en el mundo. Socialmente, todavía no está bien visto el ser de una condición sexual diferente, sobre todo en aquellas ramas de la sociedad religiosas y las familias más ortodoxas o conservadoras.

El amar según el espíritu sin ver solamente el cuerpo físico, enamorándote de una persona de tu mismo sexo, no tiene por qué avergonzarte, siempre que tu elección sea de corazón y porque así lo sientas, sin tener que ver por el mero hecho de “probar” o por vicio, que ahí ya sería designado como algo “impuro” o criticable (aunque es esta vida no se deba juzgar nada sino dejar que cada uno/a practique lo que desee) lo malo de esa opción es que siempre podrías lastimar a alguien que ama de verdad, por lo que sí, no sería ético realizarlo siempre que arrastres a otro/a o utilices el pensamiento y conciencia de los demás creando una mala esperanza para sus sentimientos.

Si llevas años sintiendo que tu identidad sexual no te pertenece, es hora de que asumas que eres así y que no pasa nada. Muchas veces las personas homosexuales se crean barreras personales que les hacen ser mucho más irritables ante el mundo que los rodea, desarrollando un carácter introvertido e infeliz que puede cambiar una vez acepten su ideología. Si tienes que lidiar con familiares algo intolerantes en el tema, simplemente coméntales que tu orientación es algo totalmente normal, que simplemente te sientes a gusto con personas de tu mismo sexo y que no es nada lascivo ni irreal. Hay muchas formas de amar y tú tienes derecho a escoger la que más pleno y feliz te haga en tu crecimiento personal y autodesarrollo.