Trucos para cuidar de tus mejores galas
¿Cuánta emoción no sientes cuando adquieres esa prenda que tanto deseabas? Te la probaste más de una vez en el vestidor, para asegurarte que te quedaba perfecta, y la luciste en el espejo imaginando el resto del look en una noche de fiesta. En el camino a casa, abriste la bolsa varias veces para asegurarte que seguía allí, y cuando llegas te la pones de nuevo. Lo más seguro es que sea el tesoro de tu guardarropa por un tiempo, y luego perderás la emoción de esa primera vez, cuando la viste en la tienda y la quisiste.
Pero el cuidado que le damos en esos primeros momentos para que se mantenga perfecta no es un proceso que acabe con la emoción que conlleva. La ropa, alguna pieza más que otra, no es indestructible, y más allá de las temperaturas de lavado sugeridas en las etiquetas, los vendedores y productores tampoco colaboran demasiado en su conservación futura. Para que puedas conservar esas prendas que tanto te gustan en el mejor estado posible, te sugerimos algunas ideas básicas para ayudarte a mantener tu ropa en buena forma.
Una de las primeras cosas que debes tener en mente, sobre todo en un mundo donde los mercados nacionales e internacionales son tan inestables, es el aspecto económico. Tu ropa es una inversión, desde ese pantalón que usas para la oficina, hasta aquel sweater que te regalaron en tu cumpleaños. No son prendas que se verán como nuevas por el resto de su vida útil: se desgastan con el uso como cualquier otro bien. Por ello, un paso importante a revisar para asegurar su conservación es el almacenaje. Si usas cajones y gavetas para guardar algunas prendas, recuerda limpiarlos, al menos unas tres veces al año. Son lugares ideales para que se escondan polillas y otros insectos que pueden causar estragos a la ropa sin que lo notes.
Para la ropa en el closet hay cuidados adicionales. No cuelgues demasiada ropa junta en un closet, ya que cada prensa necesita espacio para airearse, y evitar el moho. Cuando la cuelgues, respeta la forma de la prenda. Ajusta los botones y asegúrate que todo permanezca en su sitio para que no se deforme.
Tampoco debes lavar ropa de manera innecesaria, ya que el lavado excesivo acelera el proceso de desgaste de los tejidos y afecta la intensidad de los colores. Para prendas de uso íntimo, la clasificación es importante. Mantén cada tipo de prenda con otras de su categoría, esto ayuda a manejar los espacios que ocupa cada una. Y muy importante, que uses una prenda sólo unos minutos no implica que ya no esté limpia, ni que puedas volver a usarla. Cuélgala un rato y luego guárdala si ya no le darás uso, pero no la tires al cesto de la ropa sucia. Administra bien el uso de tus prendas para ayudar a que se conserven en buen estado.
