El delicado arte del beso
El beso es la más simple, romántica y básica acción que una persona puede realizar en el camino de las relaciones, pero detrás de su ejecución se esconden numerosos secretos que le convierten en todo un arte por sí mismo. Aquellos que dominan las habilidades necesarias siempre destacan con sus besos, pero la práctica y un par de consejos sencillos pueden hacer de ti un experto o experta en besos en poco tiempo. Si quieres hacer del beso el mejor as bajo la manga en tu arsenal de conquista, atiende a lo que sigue.
Usa la lengua, pero sólo lo necesario. Un buen beso no implica introducirla hasta la garganta del otro, ni recorrer cada palmo del interior de su boca con ella. La lengua debe emplearse con cautela y moderación, administrando los momentos en los cuales la usas. Un buen beso empieza con la acción de los labios, y a medida que se incrementa la intensidad, comienzas a usar la lengua, primero tímidamente, y después con mayor confianza. El ritmo del beso y la compenetración con la pareja marcaran el paso del resto.
Siempre debes buscar nuevas maneras para besar. No vayas directo a la boca, y en lugar de ello intenta comenzar besando el hombro, la frente, las mejillas o el cuello de tu pareja. La recepción de ese beso inicial determinará si puedes comenzar a acercarte lentamente a la boca, rozando con tus labios durante el recorrido hacia los suyos.
El beso puede estar acompañado de varias acciones que ayudan a crear un ambiente más intenso y romántico. A muchos hombres y mujeres les gusta que su pareja lo abrace durante el beso, especialmente cuando colocan sus brazos tras el cuello del otro, para controlar el acercamiento de los labios. Otros prefieren que su pareja coloque sus manos en sus mejillas, o que acaricien otras partes de su cuerpo. Las chicas suelen gustar de los chicos que juegan con su cabello, especialmente cuando usan sus dedos para llevar algunos mechones detrás de la oreja. Finalmente, el movimiento por excelencia: sujetar a la pareja por la cintura durante el beso, de modo que puedas acercarlo hacia ti, uniendo sus cuerpos.
Cuida tu salud bucal. Nadie disfruta de un beso con mal aliento, así que es mejor que te asegures de esos detalles antes de proceder con los besos. Mantén la rutina de cepillado, emplea hilo dental y dedícale el tiempo necesario para que tu boca resulte agradable al ser besada. Te harás un gran favor a ti y a tu pareja.