¿Cómo se produce el desplazamiento de la placenta?
Hoy te vamos a hablar del desplazamiento de la placenta, uno de los principales problemas que pueden surgir en el embarazo. La placenta es un órgano esponjoso que se desarrolla en la gestación, encontrándose adherida al útero, realizando posible la trasmisión de nutrientes y oxígeno al feto. Cuando se produce un desplazamiento de la misma, existe un leve sangrado y hay riesgo para el feto.
¿Hay grados diferentes de desplazamiento de placenta?
Todos los desplazamientos de placenta requieren atención médica inmediata, aunque hay varios grados de gravedad. En la manifestación más severa, ocurre de manera espontánea el desplazamiento llegándose a desprender del todo. Los síntomas son dolor muy intenso y sangrado, con presencias de contracciones, pudiendo llegar al desmayo y desvanecimiento. El tratamiento en este caso, será tratar de urgencias a la madre y realizar una cesárea. En el grado moderado de gravedad, la hemorragia será más leve pero sin embargo, las contracciones uterinas serán más fuertes. El internamiento deberá ser inmediato para evitar el sufrimiento del bebé. Un desplazamiento leve, no tendrá tanta importancia a nivel de urgencia, pero siempre deberá ser la madre atendida para evitar un mal mayor, al primer momento de sentir un dolor anormal. Es importante la vigilancia, tanto de la madre como del feto, para evitar el aborto espontáneo y la muerte fetal. Los 3 primeros meses son los más significativos para superar el tiempo de riesgo de desplazamiento de la placenta y la total implantación.
¿Por qué se produce el desplazamiento de placenta?
Hay mujeres que tendrán más predisposición a padecer esta dolencia, por diferentes características, como el padecimiento de la hipertensión, la diabetes, el poseer problemas de nacimiento en el útero, el alcoholismo o incluso el embarazo múltiple. A veces suele pasar que se puede presentar el desplazamiento por accidentes de coches así como por fuertes traumatismos. Será prudencial liberarse de gimnasias de riesgo y deportes peligrosos, pero la danza ligera así como las caminatas siempre serán bienvenidas, sobre todo en los primeros 3 meses del embarazo.
¿Cúal es el tratamiento a seguir?
El médico o médica será el responsable de estabilizar a la paciente, subministrándole medicamentos y ordenando reposo. Algunas veces la medicación será suficiente, aunque en los casos más severos el profesional médico podrá ordenar una operación quirúrgica para restaurar la placenta, la cesárea o la resucitación materna. Cuando se produce un mínimo desplazamiento de la placenta pero no hay sangrado, se podrá mantener al feto dentro del útero, siempre bajo vigilancia del equipo médico. Si el médico ha decidido a proceder a practicar la cesárea, habrá que vigilar a la mujer durante su finalización y varias horas después en la estabilización, ya que es probable que haya un sangrado calificado de “post parto”, que se podrá tratar mediante transfusiones de sangre y posterior vigilancia con medicación. En pacientes con anteriores cesáreas también habrá que tener cuidado, con las rupturas de los paredes del útero, siendo grupos de riesgo las mujeres que ya hayan padecido anteriormente la cesárea, utilización de fórceps o antiguas infecciones en partos previos. A diferencia del desplazamiento de la placenta, la ruptura del útero es un signo claro de muerte del feto, habiendo más probabilidades de que el embrión no sobreviva. Sin embargo el feto se puede salvar, con una intervención de reparación uterina, dejando que la vida se mantenga sin peligro. Normalmente la ruptura de la paredes del útero se da cuando se produce un dolor muy intenso acompañado de contracciones uterinas.