¡Atrévete a conocer gente nueva!
La socialización es la actividad preferida del ser humano, un ser social por esencia y naturaleza. Todas tenemos hobbies a los cuales nos gusta dedicar tiempo: correr, pintar, escribir. Además, todas respondemos a las actividades cotidianas del mundo: la vida en familia, el trabajo, los estudios. Dentro de cada una de estas actividades existe una dimensión social que nos perfila y configura, que nos tipifica dentro de la esfera de las relaciones sociales. Muchas veces, la cotidianidad a la que nos vemos sometidas por las responsabilidades laborales, familiares y académicas pueden sumirnos en un letargo, una consecuencia de la rutina que afecta nuestro ánimo y que puede traducirse en otras afecciones negativas. Una estrategia para cambiar esas rutinas que nos comienzan a pesar es conocer gente nueva.
El atareado siglo XXI puede parecer un mal momento para decidir ampliar nuestro círculo de conocidos y amistades. La parcelación de nuestro tiempo para dedicarnos a las actividades típicas puede dejarnos poco espacio para explorar nuevos contextos y personas. Para algunos, esto puede solucionarse gracias a la amplia gama de redes sociales que abundan en el internet. Facebook, Badoo, Tuenti y demás alternativas del mundo del ciberespacio son usadas con frecuencia por muchos para conocer a nuevas personas ¡Pero debes tener mucho cuidado! La ilusión de socialización que generan estas alternativas electrónicas no siempre resulta bien.
Conocer a una nueva persona puede significar incorporarla a tu vida, y para ello necesitas de la actuación en persona. Las actitudes y sentimientos de un ser humano se conocen cuando los tienes en frente, y no en una foto de perfil. Por ello, debemos actuar dentro de los campos que nos permiten conocer personas de verdad. El primer paso es muy sencillo. Dentro de los espacios a los que estamos obligados a asistir diariamente puede estar nuestra primera decisión. Fuera de la facultad, de la oficina o de la casa, está un mundo lleno de personas. Es evidente que no las conoces, pero entre alguna de ellas puede haber una potencial amistad.
Lanzarnos a conocer a alguien nuevo puede ser un desafío, especialmente si careces del perfil de un gran socializador, pero tienes muchas alternativas. Comienza con los amigos de tus amistades o familiares. Tu círculo puede ampliarse a los círculos de las personas en quienes confías. Si una amiga (o amigo) posee una cualidad por la que lo aprecias, ella o él pueden conocer otras personas con un potencial valor para ti. Pregúntate qué cosas quieres de las personas, qué cualidades apreciarías en una persona con la que podrías compartir algo. También considera las cosas que disfrutas. Tus preferencias musicales, filosóficas o espirituales pueden hacerte apreciar a gente que comparta tu afición.
Por último, lo más importante para conocer a alguien más es conocerte a ti misma. Tu forma de actuar puede atraer o repeler a las personas. Tú no eres el único factor de la ecuación, así que reflexiona con respecto a la manera en que otras personas pueden percibirte.
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