¿Cómo combatir el sexismo en la relación?
Ciertos prejuicios y costumbres están tan arraigados en nuestro comportamiento y cotidianidad que no nos detenemos a reflexionar sobre ellos. Reproducimos las actitudes aprendidas por nuestros padres y por todo lo que nos rodea, y si ese contexto es conservador y apegado a las normas establecidas por grupos específicos, entonces nos adherimos a esa “normalidad” regulada por la sociedad. Por ello, evitar la discriminación de géneros es una tarea complicada, pues se trata de un reto a la formación y a la manera de entender el mundo.
El sexismo se refiere al conjunto de prejuicios a través de los cuales encasillamos a las personas de acuerdo con estereotipos establecidos y reproducidos socialmente. Frases como “el lugar de las mujeres está en la cocina” o “el rosa no es un color de hombre” son ejemplos fácilmente observables en muchos contextos sociales del mundo occidental, aunque estos estereotipos dependen de parámetros culturales que varían en todo el mundo. Sin embargo, las actitudes sexistas no pueden reducirse a frases y a prejuicios tan evidentes. Existen muchas sutilezas estrechamente ligadas a nuestra vida diaria que son altamente sexistas, y a menudo les damos continuidad sin notarlo.
Estas sutilezas pueden afectar tu vida en pareja a largo plazo. Por ejemplo, ser sobreprotector con tu chica por considerarla débil físicamente, sólo por ser chica, es una actitud sexista que puede confundirse con tu natural preocupación por su bienestar. Asumir que no puedes discutir acerca de deportes con ella, por ser chica, también es una postura sexista. Los chicos también se ven afectados por estas actitudes: si temes que tu compañero te engañe porque “todos los hombres son infieles”, también estás cayendo en una trampa sexista. El problema es que se trata de elementos tan generalizados que los imitamos por considerarlos “normales”, sin detenernos a pensar en las características y particularidades que hacen diferentes a cada persona.
El éxito de una relación depende en gran medida de la capacidad de sus integrantes para hacer que la equidad sea su única regla general. El respeto y la confianza mutua depende de que ambos se sientan cómodos con la manera en que han construido una vida juntos, y la mejor manera de lograr esta meta es acabar con las actitudes sexistas que puedan interferir en su relación. No pienses en tu pareja siguiendo los estereotipos de la sociedad, construye una imagen propia a partir de las cualidades que te atrajeron a su lado desde el principio, dale valor por su individualidad y pídele que haga lo mismo contigo.