¿Cómo elegimos a nuestras parejas?
Los mecanismos y razonamientos a través de los cuales seleccionamos de entre los candidatos a un solo chico como pareja son a menudo desconocidos para muchas mujeres. Estos procedimientos son variados, funcionando de manera solapada y es difícil distinguir los criterios que utilizamos en un momento dado para encontrar “al hombre ideal”. Es necesario, sin embargo, poder separar cada uno de esos mecanismos, para poder entender de qué manera elegimos a la pareja ideal.
Lo que la mayoría de las chicas toma en cuenta en primer lugar al momento de escoger a un chico es algo que podríamos denominar como “mecanismo de afinidad”. En términos mucho más sencillos, lo que buscamos son coincidencias, gustos, estilos y acciones en común que nos permite ver en el chico pasiones que a nosotras también nos interesan. Este tipo de similitudes establecen las bases iniciales de una próspera relación. Luego viene un problema que podríamos llamar “pros y contras”. No es necesario imaginarlo como una lista de “aprobado” y “reprobado”, pero todas buscamos beneficios en una relación, y estamos atentas al precio que tendremos que pagar. Para sacarlo de un lenguaje que podría darle un aire materialista, todas buscamos estar cómodas en una relación, seguras, queridas, con alguien que sea capaz de brindar estabilidad emocional y personal. Este razonamiento invade tarde o temprano a cualquier chica antes de tomar una decisión sobre los pasos en una relación.
Otro de los razonamientos importantes nos hace debatir acerca de la igualdad en una relación. No sólo queremos a un chico que nos respete, y una relación donde se compartan deberes y responsabilidades de manera equitativa, pues también necesitamos estar seguras de que obtendremos lo mismo que le damos a nuestra pareja, especialmente en el terreno de lo afectivo. Sentirse poco valorada o pensar que no se recibirán las mismas muestras de afecto son parte de los más grandes temores que siente una chica antes de decidirse acerca de un compañero potencial.
La complementariedad es otro de los factores que se consideran al momento de elegir. La popular frase “los polos opuestos se atraen” es la explicación más acorde y sencilla para explicar la necesidad que sienten las mujeres de contar con alguien que tenga fortalezas en aquellos aspectos que no dominan. Alguien que posea cualidades distintas a las nuestras, pero necesarias para el buen ejercicio de la vida en pareja, es un candidato a considerar al momento de decidir con qué chico queremos compartir parte de nuestra vida.