El amor líquido y las nuevas formas de relacionarnos
¿Tienes problemas para sostener una relación de pareja a largo plazo? ¿Prefieres relacionarte de forma superficial, sin lazos profundos, por temor a “vincularte demasiado” con otra persona? El miedo hacia las relaciones duraderas es un fenómeno que está ganando fuerza, tanto como para llamar la atención del mundo intelectual. Relacionarse de forma sólida en los “tiempos líquidos” en los que vivimos parece todo un desafío, y la raíz del problema es mucho más profunda de lo que se pueda imaginar. En Sexxologa te contamos más.
El asunto no es declararse en contra de las relaciones sin compromiso y a favor de otras con vínculos duraderos, el verdadero foco de atención se centra en el temor que ocasiona el establecimiento de una relación, del tipo que sea. Para Zygmunt Bauman, sociólogo polaco que acuña el término “modernidad líquida”, este temor no proviene de una fuente individual, y no puede resolverse siendo visto como un problema particular. Vivimos inmersos en un mundo moderno que configura la manera en que nos relacionamos con otros dentro de la sociedad, al tiempo que ha introducido cambios en los esquemas económicos y sociales que nos han conducido a una existencia más solitaria.
Los vínculos en este nuevo mundo sí existen. De hecho, se nos hace creer que son más fáciles de obtener, de sostener y más fuertes que nunca, con la proliferación de redes sociales y medios digitales que nos mantienen “conectados” con todos en todas partes. Esta amplia gama de opciones digitales tiene curiosamente el efecto contrario al que deseamos: la necesidad de las relaciones con otros ha sido desplazada por la red, el entramado digital que nos mantiene unidos a todos en todo momento. Esta red posee una particularidad sobre la que pesa la mayor parte de su popularidad actual: el vínculo que creas en la red se termina cuando lo desees, con un solo clic. Por el contrario, la relación se interpreta ahora como una carga, un lastre innecesario. ¿Qué pasa cuando una relación ya no te satisface? Puedes terminarla, pero no con un clic.
De modo que a los temores habituales que genera una relación de pareja, se añaden algunos más. Es obvio que una relación puede generar estrés, que implica sacrificios, que tenemos que renunciar a individualidades en favor de los bienes comunes. El mundo líquido te ofrece una nueva alternativa: no tienes por qué renunciar a nada en un vínculo de red, tú tomas todas las decisiones, y cuando ya no te complace, siempre puedes terminar y empezar de nuevo. Para Bauman, esto conduce a la creación de una generación de individuos que viven conectados, pero que no se relacionan en ningún momento. La existencia es efímera en la red, y su ciclo termina en el momento en que se desee.
El resultado es que cada vez tenemos menos habilidades para relacionarnos, no las ejercitamos porque sencillamente ya no son necesarias. Desde tu computador tienes el mundo a tus pies, igual que todos frente a sus ordenadores. Frente a cada computador tienes a una persona que existe para otra, y su existencia comienza y termina con un clic.
