Frases y palabras que deberías evitar con tu pareja
En el marco de las discusiones de pareja, y en el transcurso del día a día de cualquier relación, existen frases que nunca podrán ayudarte a salir de un apuro. Al contrario, su uso solo puede desencadenar situaciones de disconformidad y servir de base para peleas y desencuentros. Lo peor es que muchas veces pensamos que tales frases son acordes con las discusiones, o que su uso es un buen argumento o una buena respuesta, sin considerar otros posibles efectos. Si quieres saber cuáles son las peores frases que puedes emplear, presta atención a lo que sigue.
“Como quieras” y “como sea” son dos de las peores combinaciones de palabras con las que puedes responder ante un planteamiento de tu pareja. Generalmente se usan para dar fin a una discusión, especialmente la primera, como una manera forzada de decir que el otro tiene la razón y que ya no le interesa el resto. Eso, por supuesto, no cae bien al receptor del mensaje. Con esa frase das a entender que no quieres seguir prestando atención y que la resolución del problema queda en manos del otro, sin importar cuál sea.
“Siempre” es una palabra de mucho peso y que casi siempre se usa de una mala manera. Pocos se dan cuenta del cuidado que hay que tener para decir “siempre”, y en un sentido estricto casi nunca debería usarse. “Tú siempre” o “Yo siempre” esto o aquello, se emplea para reforzar un punto de vista personal para imponer un argumento sobre otro y demostrar, recurriendo a ciertos ejemplos, que uno tiene la razón y el otro se equivoca. En realidad, uno no suele hacer “siempre” esto o aquello. Por ejemplo: “Yo siempre me intereso por tu trabajo”, o “Tú siempre me dices que no quieres hablar de ese tema”. Estas sentencias no suelen ser acertadas, porque es más probable que “la mayoría de las veces” te hayas interesado por algo o hayas afirmado que no querías tratar tal o cual tema.
“Es tu culpa” sin duda se encuentra entre las peores frases que pueden usarse en una discusión, incluso cuando, técnicamente, el otro tenga la culpa de algo. Cuando se está en una relación de pareja y ocurren inconvenientes, debe recordarse que la culpa de las cosas nunca reside totalmente sobre los hombros de una persona. Las responsabilidades de la pareja son compartidas, así como los éxitos y los fracasos. Decir que algo que ha ocurrido es culpa de él o ella y que yo no tengo nada que ver tendrá dos consecuencias inmediatas: tu pareja, asumiendo inicialmente que tienes razón, entrará en un estado de culpa que puede avanzar rápidamente hacia la depresión, la tristeza y el desánimo; o intuyendo que sólo estás tratando de salvar tu pellejo, iniciará una discusión recordándote tu responsabilidad en el asunto en cuestión. En ningún caso, el horizonte de situaciones se muestra favorable para el futuro de la relación.