Historias sexuales reales - Ayudamos a fortalecer el vínculo sentimental y disfrutar más la sexualidad. Betsy Reuss

Historias sexuales reales

Historias sexuales reales

Hoy te voy a hablar de algunas de las historias de sexo más populares y las más insólitas, ejemplos comunes de lo que se puede vivir en una consulta de sexología. En algunas te verás reflejado/a, otras te darán más pudor, pero todas comparten el mismo fin, el deseo de aprender a quererse para poder dar lo mejor de sí mismos/as con sus parejas y ser los mejores amantes. ¿Quieres descubrir estas historias de sexo reales?

Historias sexuales reales

Una vez un hombre de 48 años acudió a la consulta de un compañero muy asustado (tenemos permiso para contarlo, porque como sabes los pacientes son la máxima prioridad y se requiere confidencialidad en las historias, algo que siempre aportamos) comentando que pensaba que tenía un problema. A este hombre le fascinaba el sexo y comentaba que lo primero que le gustaba hacer era lamer a su pareja comenzando desde los dedos gordos del pie hasta la nuca. Está divorciado y su mujer nunca le había dicho nada, siendo complaciente y nunca quejándose, llegando a un punto de sumisa en el que aceptaba todo. Al tener una nueva pareja, esta llegó a repudiar el sexo con él, porque incluso eyaculaba tan sólo de lamer su cuerpo, sin llegar a la penetración.

CONCLUSIÓN: la pasión y la innovación en el sexo son fundamentales, pero no lo conviertas en la obsesión. Ambos debéis jugar y experimentar con lo que os excite, sin hacer que tan sólo uno participe. Para él lamer era un fetiche, una parafilia y debía ser corregida.

Historias sexuales reales

La siguiente historia ocurrió en una consulta de París, uno de mis compañeros me relató que una vez había entrado una mujer con un aspecto muy misterioso y sensual, muy atractiva con el cabello largo y los labios pintados de rojo. Su ropa era elegante y su cuerpo estaba muy bien proporcionado. El la definió como totalmente espectacular. Ya hablando en terapia, ella le comentó que sufría de inapetencia sexual al estar con un hombre y de vaginismo, impidiendo el sexo con su marido. Arrepentida le comentó que había salido ya más de 20 veces con una amante que era mujer y que sólo sentía placer masturbándole a ella, llegando a sufrir varias veces multiorgasmos con tan sólo ver a su pareja. Su problema se había hecho adictivo, puesto que tan sólo sentía placer estimulando una y otra vez el clítoris de ella, de manera incluso violenta, penetrándola con arnés, algo que decía que le daba mucho placer.

CONCLUSIÓN: los roles sexuales no definidos son malignos para la vida común. No hay nada malo en ser homosexual o lesbiana y vivir en un mundo donde tú eres real, sin vivir con una máscara. ¿Apuestas por la felicidad o la infelicidad? ¡Sin duda queremos felicidad y gozar de una sexualidad sana sin crear posteriores obsesiones por rechazo de sentimientos!

La otra historia, le ocurrió a un hombre que quería reducar su relación con el sexo puesto que cuando se excitaba insultaba a su pareja. Los insultos iban subiendo de tono a medida que iba alcanzando el orgasmo, como si necesitara esas palabras para alcanzar la máxima excitación, lo más suave que a su mujer de 42 años le llegó a decir fue: “Quiero tus sucias nalgas en mi cara” y “Sí, mi gata, escúpeme y muérdeme en mi erecta…

CONCLUSIÓN: Los insultos y el dirty talk, muchas veces no son bien recibidos por la pareja. Pueden herir su sensibilidad y hacer sentir muy mal y degradada a la otra persona. Las personas que lo hacen buscar amantes sumisos/as, reafimando su identidad por la utilización de palabras que rebajan. No lo consientas durante el sexo si te hace sentir mal.

¿Cuál es tu historia o anécdota sexual? ¿Te han parecido comunes o muy fuertes?

 

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