¿Faltas de Respeto en la Relación?
En una pareja se necesita compenetración, así como entendimiento, formar el uno dentro de una unión, haciendo que en ningún momento ningún miembro de la pareja se sienta desvalid@, desprotegid@ o amenazad@. Cuando se rompe una barrera y nos enfrentamos a la soledad, a la no comprensión e incluso cuando se atisban fallos de comunicación o de entendimiento sexual, es muy fácil desmoronarse. Hay personas que reaccionan a ello de una manera mucho más racional, bloqueándose y sintiéndose fríos, sin expresarlo.
Las personas más emocionales y de carácter más pasional, tenderán mientras tanto a la impulsividad, generando desde ataques de rabia a nerviosismo e incluso las discusiones. En estos estados, hay personas que no chillarán, pudiendo acalorarse en términos medios, sobre todo si la discusión se sigue alimentando entre un miembro de la pareja y el otro. En el término más agudo de una discusión, se producirán las amenazas o el chantaje emocional, algo que nunca es justificable.
Pero la pregunta es… ¿Cómo averiguar cuando los insultos en la pareja han sobrepasado el límite?
En cualquier momento en que se presente un insulto denigrante para la otra persona, se debe cortar la relación. Un insulto es una manera de defensa, a veces de una persona que se siente débil y otras veces de una persona que quiere ejercer el poder. También hay diferentes razones: no es lo mismo una persona que quiere humillar y descalificar a su pareja porque sí, que otra que lo ha hecho por defensa tras aguantar mentiras y extorsiones.
En ninguno de los casos es justificable, nunca, pero ponlo sobre una balanza, mientras que en el primer caso no se ha causado por nada y el comportamiento violento ha surgido para molestar y provocar; en el segundo caso, mientras tanto, ha habido una provocación clara para reaccionar de esa manera. En el último caso, la comunicación debería haber sido uno de los pilares más importantes para tratar un conflicto, siendo algo pesado de llevar si una de las partes pone mucho de su parte y la otra nada.
Algunas veces la desesperación ante algo que no se resuelve o algo que no nos aporta lo que necesitamos, causa también una reacción demasiado impetuosa y emocional, siendo producto eso del desgaste psicológico. Éste se produce en casos de relaciones desequilibradas, en las que un miembro de la pareja da todo de sí, amando completamente, mientras el otro se desentiende. Esto además de inseguridad crea tensión en el miembro que da más, buscando la culpa en su interior (algo que no existe, puesto que no es la suya) llega un momento en que esa tensión desborda y pueden llegar a crear auténticos casos de ansiedad extrema, nervios o el síndrome del estrés emocional, causado por grandes etapas de sufrimiento interno en las que el subconsciente se defiende de una alarma que se debe parar ya.
Si estás en un caso de estrés, no dejes que la ira se apodere de ti, realiza meditación y cambia aunque te cueste esa relación que te está perturbando. Muchas veces no somos conscientes de la evolución de nuestras relaciones, pensando que todo se puede arreglar, pero a veces es mejor un cambio realizado a tiempo que ser infeliz y volverse loc@ en vida.
