La influencia del clima sobre el sexo
En estos tiempos de preocupación por el cambio climático a todos les interesa conocer los efectos que tienen estas alteraciones ambientales sobre el planeta y sobre su estilo de vida. Para algunos, interesarse en los efectos de mayores o menores temperaturas sobre la intimidad puede parecer una nimiedad al tiempo que se discute sobre el deshielo de los polos y el aumento de los desastres climáticos, pero el sexo también es una parte fundamental de nuestra vida en este mundo, y los detalles acerca de este tema nunca sobran.
Quizás la respuesta sea bastante obvia. Siempre hablamos de la subida de temperatura como una señal de excitación. “Calentar el ambiente” es parte de la jerga que comúnmente utilizamos a diario cuando intentamos seducir a nuestro compañero o compañera. El calor es un elemento que siempre está presente en la intimidad, aunque sea de manera simbólica o verbal. Sin embargo, recientes estudios indican que los beneficios sexuales derivados de la presencia del calor van más allá de las palabras y de nuestras sensaciones en la intimidad.
El aumento de la temperatura genera una serie de reacciones en el cuerpo y también en nuestro comportamiento social. Una de las primeras cosas que hacemos cuando el termómetro se eleva es que nos desprendemos de nuestras prendas más pesadas, prefiriendo optar por ropas más ligeras. Con menos ropa en nuestro cuerpo, la figura se nota mucho más, y a partir de este punto no es difícil imaginar los escenarios sugerentes que esto puede desencadenar. Nadie negará el aspecto erótico que tiene su pareja al verlo cubierto de sudor y poca ropa. Así que las temperaturas más elevadas facilitan el trabajo para nuestro imaginario sexual, pues encontrar estímulos se convierte en una tarea más sencilla.
Pero hay más. La exposición a los rayos solares durante las épocas más calurosas también tiene efectos en el organismo que potencian la libido en mujeres y hombres. En el caso masculino, la vitamina D que es producida por el cuerpo tras la exposición a los rayos del sol también estimula la producción de testosterona. Estudios recientes realizados en diversas universidades alrededor del mundo también sugieren que la exposición del cuerpo a mayores niveles de luminosidad está asociada a un incremento en la producción hormonal. Lo mismo ocurre en el caso femenino, pues se ha descubierto que la libido femenina mantiene niveles más estables durante los meses calurosos del año que durante el invierno.
