Las visitas al ginecólogo y la salud sexual
Las visitas al ginecólogo marcan un antes y un después en la vida de una mujer, hablando ya de su madurez sexual. Muchas madres y hermanas todavía no saben qué aconsejar acerca de la fecha ideal para comenzar a ir al ginecólogo, aunque sí hay momentos en los que se debe acudir, dependiendo del estado de la consultante. Hay adolescentes que necesitarán realizar su primera consulta, por ejemplo, aunque no hayan pasado por su primera relación sexual, ya que hay patologías que necesitan tratamiento. Una de ellas serán las menstruaciones irregulares, así como las abundantes, siendo un problema que deberá corregirse con los anticonceptivos o tratamientos homeopáticos.
Tras la primera relación sexual es recomendable realizar una visita anual, para que se eviten todo tipo de problemas, tales como enfermedades de trasmisión sexual incubiertas, inflamaciones, pólipos y para que el profesional de la salud oriente y realice un diagnóstico, acerca del estado general de las paredes vaginales, realizando ecografías y tomando muestras epiteliales. El ginecólogo también será un gran apoyo, ya que te ayudará a escoger el anticonceptivo ideal que se adapte mejor a tu caso. Por ejemplo, si eres una mujer que todavía no tiene bien definida su vida amorosa y tiene tendencia a las relaciones esporádicas, te recomendarán la píldora anticonceptiva junto a la utilización de los preservativos. Las mujeres casadas que ya hayan tenido hijos podrán decantarse por el DIU, mientras que aquellas féminas que no tienen problemas hormonales podrán utilizar los parches transdérmicos.
En la adolescencia la primera revisión, se suele realizar entre los 13 y los 15 años, aunque si no es de vital importancia y no se tienen desarreglos, la visita podrá posponerse. Si se presentan enfermedades o molestias internas, será necesario retirar muestras internas del cérvix. En las mujeres vírgenes y las adolescentes se utilizan espéculos especiales, para que no resulte doloroso. Normalmente en las revisiones ginecológicas, se suelen realizar diversos pasos que lograrán el diagnóstico y el estudio completo de la paciente. Es normal que el primer paso sea la exploración externa de la vulva, para descartar todo tipo de enfermedades venéreas y dolencias de la piel. Tras utilizar el espéculo para visualizar la parte interna de las paredes de tu vagina, el ginecólogo o la ginecóloga podrá realizar un examen manual para detectar que no existen anomalías ni cuerpos extraños.
Algunas veces será habitual realizar una citología, sobre todo en mujeres mayores de 35-40 años. Fuera de estas edades se hará para estudiar y confirmar posibles infecciones. Este examen se basa en la extracción de células que ayudarán a valorar posibles enfermedades y a descartarlas de forma segura. Serán de obligada realización al menos una vez al año, sobre todo en mujeres que son activas sexualmente.
Normalmente, no tendrás que realizar ninguna preparación anterior, excepto cuidar la higiene. Es recomendable que laves la parte externa con un jabón neutro, sin realizar duchas vaginales, ya que además de alterar tu flora, harán que los resultados se modifiquen, tampoco deberás tener relaciones sexuales el día anterior a la exploración, para que el estudio sea favorable. Algunos ginecólogos realizan también un examen rectal, aunque no suele ser muy habitual que lo hagan. Lo más importante es que acudas sin miedo ni nerviosismo ya que la exploración requiere que estés tranquila, para que los músculos no se contraigan.