Organiza tu tiempo y aprende a aprovechar el día
Es muy frecuente que nos atrasemos en nuestros deberes laborales, de estudio o el cuidado del hogar y de la familia. Generalmente, tendemos a pensar que para dedicarnos a alguno de esos aspectos y cumplir satisfactoriamente con ciertas metas, debemos sacrificar otras. Esta idea de la vida termina limitándote, al impedir que te dediques a cosas que probablemente quieres y crees que puedes hacer, pero para lo que no tienes tiempo. Sin embargo, diariamente solemos disponer de más tiempo del que pensamos, y si logramos organizar esos espacios libres podríamos dedicarnos a más tareas de manera satisfactoria, pudiendo lograr metas antes insospechadas, pero que no están tan lejos.
Lo primero que debemos hacer es registrar nuestras actividades cotidianas: ir al trabajo, a la escuela, pasar por una tienda a comprar café o la prensa, hacer ejercicio en el parque, trabajar en casa. Todas actividades rutinarias, y entre ellas hay lapsos en los que generalmente no haces nada productivo. Un ejemplo es el uso de transporte público, en el que sólo esperas que el tráfico no te retrase, o piensa en esos espacios entre clases, o mientras esperas un encargo en la oficina. Si juntas todo ese tiempo en el que no haces ‘nada’, obtienes varias horas diarias limpias de toda actividad productiva. Aprovecha esos períodos de inactividad para realizar otras actividades, como leer, adelantar trabajo o terminar un ensayo. Puedes hasta hacer ejercicios y mantenerte en forma mientras aguardas en la oficina, siempre que no rompas ningún reglamento laboral.
Luego, tienes el tiempo que dedicas a cumplir con las rutinas. Muchas veces atiendes a ellas sin especificar el tiempo que inviertes, ni el espacio donde las llevas a cabo. Esos detalles son de gran relevancia. Establece plazos para realizar tus actividades y verás como en poco tiempo te volverás muy eficiente. No sólo eso, los plazos te permitirán apartar tiempo extra, el cual puedes emplear en beneficio de otras actividades, como para satisfacer hobbies, dedicarte a cosechar la lectura, o adelantarte a tus colegas o compañeros en temáticas de importancia académica o laboral.
Los espacios en los que te dedicas a realizar tus actividades también influyen en el aprovechamiento de tu tiempo y en la eficiencia. Esto es especialmente importante si gran parte de tus tareas las realizas en casa. Si usas el mismo espacio en el que trabajas para leer o estudiar, es muy probable que tiendas a sentirte tentada a hacer alguna otra actividad, ya que te acostumbras a realizar más de una a la vez. En lugar de esto, crea un micro-clima en el que te puedas dedicar a una u otras actividades específicas relacionadas. De ese modo entrenas tu mente para que se concentre en el cumplimiento de una labor fija.
Aprovecha estos consejos y verás cómo logras hacerte más responsable y eficiente en poco tiempo.