Problemas frecuentes bajo las sábanas - Ayudamos a fortalecer el vínculo sentimental y disfrutar más la sexualidad. Betsy Reuss

Problemas frecuentes bajo las sábanas

 

 

En una relación los problemas son cosa del día a día, y aprender a enfrentarlos y superarlos es parte de nuestro trabajo. Como en toda las demás esferas de la vida en pareja, en la cama también surgen inconvenientes de vez en cuando, problemas menores que a veces convertimos en catástrofes si no los resolvemos de la manera adecuada. La gran mayoría de los desafíos que encontramos en el sexo con nuestra pareja son eso, desafíos, y como tal tienen solución. Si quieres aprender a solventar esos problemas de forma eficiente, atiende a lo siguiente.

La frecuencia de la libido varía de persona en persona. Cada ser humano vive procesos diferentes en cuanto a su sexualidad, por lo que los niveles de deseo varían de manera impredecible a lo largo de nuestras vidas. A menudo, esa variación se convierte en un problema cuando tienes ganas de ir a la cama a hacer más que dormir, pero tu pareja no tiene el mismo humor. Muchas y muchos reaccionan de manera negativa, asumiendo que la falta de deseo de su pareja es su responsabilidad, convirtiéndose en un blanco fácil para la depresión y la inestabilidad de la relación. Recuerda esto: no puedes controlar la libido de tu pareja a tu gusto, pero con el tiempo, aprenderán a coordinar su erotismo.

Chicos  y chicas enfrentan diferentes dilemas bajo las sábanas, pero todos tienen algo en común: son simples, por naturaleza, y tienen solución si ambos le dedican tiempo y paciencia. Un problema frecuente en los hombres es la incapacidad de lograr una erección durante el acto sexual, o no lograr sostenerla por el tiempo deseado. Los chicos son los primeros en estigmatizar esta situación, sin recordar que no son máquinas, y que sus órganos no funcionan como relojes suizos. Diversos factores están involucrados: estrés, nicotina, falta de sueño, problemas de bebida y muchos otros más. Ten en cuenta todos estos detalles antes de lanzar acusaciones de las que luego podrías arrepentirte.

Las mujeres también enfrentan sus propios desafíos, y son igual de propensas a culparse a sí mismas por detalles que están más allá de su control. Es inevitable que en algún momento tu pareja quiera intimar y tú no te sientas con ganas de nada, incluso en esos escenarios en los que todo parece estar dispuesto para el sexo. Cuando no hay ganas, no hay ganas, y una pareja debe aprender a respetar ese límite. La vida es corta, pero no tanto, ya tendrán oportunidad de disfrutar cuando el momento sea adecuado para ambos.

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