¿Tu chico siente nostalgia de los años de soltería?
Libertad, falta de responsabilidades, juergas con los amigos, dormir solo en la cama, aventuras y fiestas y cañas de bar en bar… jugar con la consola hasta las 4 de la madrugada, comer pizzas y no preocuparse por la comida ni tener que compartir las tareas de la casa (dejarlo todo sucio y para mañana)… no darle explicaciones a nadie…
Parece bastante normal que se agobie. Ahora estás tú de guardiana y aunque le guste estar contigo hay cosas que se abstiene de hacer. No sale como antes solo con sus amigos y tiene que relacionarse también con los tuyos. ¿Por qué no os dais un respiro y le dejas a él un día para que haga lo que le dé la gana mientras tú quedas con tus amigas o sales de compras o aprovechas para darte un baño relajante? Ambos necesitáis espacio.
Dormir dos personas en la misma cama también puede ser un agobio para tu chico que acostumbraba a despatarrarse y ocupar toda la cama, sin necesidad de compartir la manta ni responder a las caricias de nadie. Una opción es que durmáis separados por unos días durante la semana. Puedes dormir en el sofá o en casa de una amiga o de tus padres y entonces él te empezará a echar de menos. Funciona.
Lo que antes planificaba tu chico con media hora de antelación ahora requiere de mucho más tiempo y de mucha más organización. Con una pareja o con niños hay que planificarlo todo con mucha anticipación. Él solía quedar con los amigos en un pis pas para salir a jugar al fútbol, tomarse unas cañas, jugar al mus hasta las tantas… También solía conformarse con un bocata o con una pizza mientras que ahora se ha vuelto exigente, quizás a su pesar y el menú se ha vuelto un engorro: hay que atender a la calidad de los alimentos, a los nutrientes… y cuidar la línea. Relájate de tanto en tanto y si quiere una pizza, ¡déjale que coma su pizza! Como si quiere desayunar manteca de cacahuetes con cebolla.
Ten siempre presente que tú no eres su madre sino su pareja, su chica, su esposa. Lo mejor es que seáis honestos y tolerantes el uno con el otro, que os atreváis a deciros lo que os gusta y lo que no os gusta de la relación, y cómo quisierais que fuera. Todos y todas necesitamos nuestro propio espacio y nuestra libertad es sagrada.
Piénsalo, y todo irá sobre ruedas…
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